martes, 17 de febrero de 2009

He andado muchos caminos

Comentario de texto de...
Poema II de Soledades, galerías y otros poemas
de Antonio Machado.

He andado muchos caminos,
he abierto muchas veredas;
he navegado en cien mares,
y atracado en cien riberas.
En todas partes he visto
5
caravanas de tristeza,
soberbios y melancólicos
borrachos de sombra negra,
y pedantones al paño
que miran, callan y piensan
10
que saben, porque no beben
el vino de las tabernas.
Mala gente que camina
y va apestando la tierra...
Y en todas partes he visto
15
gentes que danzan o juegan,
cuando pueden, y laboran
sus cuatro palmos de tierra.
Nunca, si llegan a un sitio,
preguntan adónde llegan.
20
Cuando caminan, cabalgan
a lomos de mula vieja,
y no conocen la prisa
ni aun en los días de fiesta.
Donde hay vino, beben vino,
25
donde no hay vino, agua fresca.
Son buenas gentes que viven,
laboran, pasan y sueñan,
y en un día como tantos,
descansan bajo la tierra.
30


1. Localización del poema
Este poema se encuentra, ocupando el segundo lugar, en la obra Soledades, galerías
y otros poemas, de Antonio Machado, publicada en 1907; no apareció en su primera
edición, Soledades, que fue editada en 1903. El primer poemario es más colorista que el
segundo, más íntimo y reflexivo.
Tras la experiencia simbolista de los dos primeros libros, Antonio Machado buscará
una mayor objetividad en Campos de Castilla (1912), donde plasmará admirablemente el
espíritu noventayochista. Con Nuevas canciones (1924), creará una poesía filosófica y
Juan Antonio del Barrio
epigramática, en un intento de supraobjetividad y universalización, que vertebrará también su
prosa (Los complementarios...)
Antonio Machado es, por tanto, un buen ejemplo de poeta simbolista (modernista) y
noventayochista. En Soledades, galerías y otros poemas muestra su conocimiento y
aprendizaje de la obra de los simbolistas franceses (Verlaine, Rimbaud...), y de los
modernistas hispanoamericanos (Rubén Darío, José Martí...). De estas influencias se
deduce que no son conceptos opuestos modernismo y noventayocho, puesto que nuestro
poeta participa de los dos tendencias -si son realmente diferentes- en su trayectoria literaria.
Las dos comparten el afán de cambio y renovación literaria, necesaria en el contexto
hispánico de finales del XIX (crisis ideológica -nuevos sistemas económicos y partidos
políticos-, crisis económica -pérdida de las colonias, en el caso de España-, crisis moral -
expresada en el decadentismo-, crisis cultural -ambiente opresor de la Restauración española-
2. Aproximación al tema
El tema del texto es el transcurso imparable de la vida; y la diversidad de modos
de afrontarla. La búsqueda de la propia identidad y felicidad.
El poema se nos presenta en forma de romance, y es tradicional la adscripción de éste
al tono narrativo; en el poema I de la obra se nos presentaba la escena de un reencuentro
otoñal entre un hermano venido de un país lejano (verso 4) y su familia, en la sala central de
la casa, donde quedan vestigios de la infancia del viajero (Serio retrato en la pared clarea:
verso 33) y, en medio de la expectación, golpea el tic-tac del reloj (verso 36), como señal
de que el tiempo de ausencia no ha transcurrido en vano.
En este poema II, el viajero cuenta su experiencia: ha estado en todos los lugares
posibles (1ª estrofa), tal vez buscando algo (versos 21-22 del poema I: ¿Sonríe al sol de
oro/ de la tierra de un sueño no encontrada...?). Muy observador de las personas, este
caminante ha visto la parte terrible de la vida (tristes, soberbios, melancólicos borrachos y
pedantones, o sea, chulos o personas aparentemente cultas). Y también ha podido palpar la
felicidad en hombres despreocupados ante la existencia, que, en su manera de vivir van
dejando que cada experiencia llegue, sin prisa, sin oposición (el juego, el trabajo, el viaje, la
Al hablar de personajes, debemos mencionar estos dos tipos de personas:
- las que soportan una experiencia vital negativa; a su vez, divididos en cuatro
subclases: tristes, soberbios, melancólicos borrachos y pedantes (a los que dedica más
saña e ironía el viajero en su juicio).
- las que disfrutan de una experiencia vital satisfactoria y plena; son sólo un tipo, pero
realizan muchas actividades, sin ninguna clase de agobio (a los que regala una estrofa
de alabanzas nuestro viajero, la última).
Pero también hemos de mencionar al viajero, que en esta composición se nos presenta
en 1ª persona del singular, es decir, convirtiéndose así en narrador (testigo) y personaje de su
Juan Antonio del Barrio
viaje. No sabríamos nada de su físico ni de su edad, si no fuera por el poema I, en el que
aparece descrito por el poeta: "Hoy tiene ya las sienes plateadas..." (verso 5)
De su modo de hablar sólo podemos recoger el carácter vulgar y directo de algunas
de sus afirmaciones (Mala gente que camina/ y va apestando la tierra... versos 13-14;
pedantones al paño verso 9...)
Y de su manera de ser, es obligado decir su fiel y profunda observación de la realidad y su
búsqueda constante de identidad, de vida plena. Tal vez este haya sido el motivo principal de
Los tópicos literarios en los que podemos apoyarnos para la correcta interpretación
del poema son:
- LA VIDA ES UN VIAJE, UNA BÚSQUEDA. El título del libro ante el cual nos
encontramos, nos invita a pensar que el viaje machadiano es un viaje interior (Soledades,
galerías y otros poemas, 1907). Durante todo el romance, el poeta utiliza continuamente
elementos inherentes a la vida del viajero (caravanas, caminos, veredas...), verbos de
movimiento (he andado, llegan, cabalgan, pasan...), y figuras métricas o retóricas que
reproducen de manera efectiva esa inestabilidad y trasiego de todo viaje (el encabalgamiento,
el paralelismo, el plural...).
- EL DEVENIR DE LA VIDA. La aparición de elementos léxicos como he navegado,
riberas... invitan a pensar en el viejo tópico de Heráclito: la vida es imparable como un río, o
como el fuego. El final del viaje de la vida es la muerte. (¿Qué le esperará a nuestro viajero,
una vez regresado a su tierra infantil -poema III- ? - poema IV)
Por tanto, reafirmamos el enunciado temático que adelantábamos al comienzo del
comentario: la vida es una búsqueda continua; el hombre de todos los tiempos busca
conocerse y vivir plenamente (tal vez estas dos inquietudes sean un sólo anhelo).
3. Sobre la organización del tema
La estructura interna del tema es bastante clara, según lo ya comentado:
- 1ª parte (del verso 1 al 4): Introducción que nos muestra los ambientes diversos que
el narrador ha conocido en su viaje. (Las hipérboles, los plurales y los paralelismos
refuerzan esta diversidad y rapidez del viaje).
- 2ª parte: Descripción (y juicios) de lo vivido (del verso 5 al verso 30). A su vez este
apartado se divide en dos:
- la experiencia de lo negativo (verso 5 - verso14): dos estrofas para su
descripción y dos versos, una estrofa truncada (...) para su juicio, también
negativo.
- la experiencia de lo positivo (verso 15 – verso 30): tres estrofas para su
descripción y una estrofa completa, la final, para el juicio, que esta vez se
convierte en una verdadera alabanza de la serenidad y la sencillez de las
buenas gentes. Este elogio puede ser considerado como una conclusión del
poema, puesto que reúne la manera de vivir que el narrador desearía disfrutar.
Juan Antonio del Barrio
Esta dicotomía entre experiencias vitales podría considerarse demasiado
simplificadora, si no estuviera truncada por la presencia del narrador, que en su viaje por la
vida y por su interior no ha conseguido ser en plenitud.
4. Acerca de la métrica
Dentro del género lírico, este poema juega con dos tradiciones literarias españolas:
el romance y la copla. Machado distribuye su tirada de versos en estrofillas o coplas de
cuatro versos cada una (sinalefas en versos 1, 2, 4, 15, 19, 24, 25 y 26); quiere con ello
expresar de manera popular (tradición de la copla) una breve pero densa narración simbólica
(la narración es propia del romance en la tradición española del Romancero viejo). Su
métrica, por tanto, en principio no es claramente modernista, si admitimos que ésta se
caracteriza por la innovación formal. (Debemos destacar un esdrújulo en el verso 7; esto no
permite la adscripción del poema al modernismo tampoco).
5. Las figuras retóricas
El recurso métrico por excelencia es el encabalgamiento (en total 8, siendo el más
abrupto el que va del verso 9 al verso 12). La finalidad con que Machado lo utiliza es aportar
al texto una sensación de movimiento, de atropello.
Hay numerosas figuras retóricas tradicionales perfectamente combinadas con usos
literarios de la lengua, como éstas:
- Paralelismo sintáctico (en los cuatro primeros versos); unido al uso del tiempo pretérito
perfecto de indicativo (tiempo que nos acerca la vivencia del narrador y que, además, nos
sitúa en la que él considera unidad temporal del poema, su propia vida), a las hipérboles cien
mares, cien riberas, a la aliteración pluralizante de /s/ y a la movilidad implícita en andar,
abrir (pionero) y navegar, nos da una estrofa que expresa efectivamente el caos imparable y
diverso del viaje de la vida. Y la idea de que el viajero conoce todos los lugares y gentes: lo
que nos va a contar tiene desde aquí el signo del testimonio incontestable (lo que él ha visto es
- El tiempo pretérito perfecto de Indicativo aparece otras dos veces más en el poema (verso
5 y verso 15), justo en los comienzos descriptivos de cada tipo de personas, para recalcar
aún más el testimonio real del viaje. En el resto del poema domina el presente de indicativo,
tanto en las descripciones (miran, callan y piensan/ que saben versos 10 - 11; que danzan
o juegan, / cuando pueden versos 16 - 17...), como en los juicios del poeta (Mala gente
que camina / y va apestando la tierra... versos 13-14; Son buenas gentes que viven, /
laboran, pasan y sueñan versos 27 - 28), con dos posibles finalidades: acercar aún más lo
presenciado al lector, y por tanto, como pretensión de objetividad; y como irremediable
presente eterno de la humanidad: determinismo, imposibilidad de un cambio de destino, de
clases, de almas, de vivencias...(terrible presente continuo y va apestando la tierra – verso
14). El poema no vuelve al pretérito perfecto al final, para cerrarse; queda abierto en el
- Hay abundancia especial de verbos en los versos 10 - 11: parece favorecer la ironía con
que el narrador trata a los "pedantones"; en este caso, los verbos, reforzados con
polisíndeton (versos 7, 9, 10, 14) proporcionan un efecto acumulativo de acciones (produce
Juan Antonio del Barrio
agobio). Sin embargo, esa misma densidad verbal se da en los versos 15, 16, 17, 26, 27..., y,
a pesar de tener también polisíndeton, la sensación es de serenidad, indiferencia, tranquilidad.
- Sinestesia o metonimia en caravanas de tristeza (verso 6); puede denominarse también
hipérbole. El acierto está en provocar una imagen despersonalizada de los hombres tristes,
como si su tristeza les hubiera desfigurado. El símbolo de la sombra negra (verso 8) nos
habla del indiscutible destino del borracho. Tabernas es metáfora de cordialidad, con sabor
a pueblo y vino (versos 12 y 25 - 26) de alegría y espontaneidad, en el primer caso y de
placer casual, en el segundo; mula vieja (verso 22), además de expresar de nuevo la idea de
viaje de manera popular, es metáfora de tradición, de costumbre. "Descansar" es, en el
verso 30, verbo eufemístico por morir (aunque también es señal de culminación del viaje de la
vida, y en ese sentido es coherente con la composición) y "sueñan" es imagen de anhelo y
también de felicidad (el hombre feliz duerme a pierna suelta y sueña).
- El uso de este léxico: veredas, pedantones al paño, apestando, en todas partes,
sus cuatro palmos de tierra, lomos de mula vieja, días de fiesta, donde no hay vino,
agua fresca, buenas gentes, en un día como tantos, bajo la tierra, recrea deliberadamente
el ambiente del pueblo llano.
- Intento de hipérbole en versos 23-24: ni siquiera cuando tienen que aviarse o vestirse para
la fiesta, viven la experiencia de la prisa, tan cotidiana para nosotros. Usa adverbios y
conjunciones de tiempo y de lugar para expresar indiferencia cuando caminan- verso 21 -
, Nunca, si llegan a un sitio -verso 19-, Donde hay... -verso 25-26-. También utiliza
epítetos: buenas gentes; y adjetivos especificativos de carácter realista: mula vieja,
soberbios y melancólicos/borrachos, agua fresca.
El estilo del texto nos reproduce el ambiente del pueblo, su manera ruda de hablar y
su sencillez. Los puntos suspensivos del verso 14 serían posiblemente un ataque lingüístico
más directo hacia los pedantones. Machado, como muchas veces en su obra, escoge la
poética del silencio. Profundidad sincera en la expresión y simplicidad aparente en el estilo y la estructura.

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